Usos justos

abril 22, 2009

Hace un largo rato que vengo escuchando a actrices, actores, cantantes, músicos (todos famosillos ellos) hablar acerca de un «trato justo» para los «creadores» en ésta manoseada reforma a la ley de propiedad intelectual. Me parece justo. Me parece que es lo que corresponde. Todo creador tiene el derecho a recibir retribución económica si alguien se interesa en su obra e intenta obtener beneficios comerciales. En eso NO hay discusión.
Lo que si podemos discutir es definición de quién es o no un «creador», como ellos lo llaman. Recuerdo a Víctor Jara…El hombre es un creador.  ¿Es un «creador» el albañil que se inspiró una mañana y estucó pacientemente todo un muro? ,  ¿Es un creador el investigador que leyó papers, libros, entrevistas, artículos para crear nuevo conocimiento?. Me parece que en ambos casos podríamos indicar que ellos tienen derechos de autor sobre sus obras. Pero no he visto a ningún albañil reclamando que le paguen las parejas que se besan apoyándose en su estuco, ni a un investigador escondiendo los resultados de sus trabajos mientras no venda sus derechos a una editorial.
Me parece que atribuirse la «chapa» de creador por unos pocos es injusto. Todos los días creamos cosas nuevas y en ese aspecto todos somos creadores. Repito, estoy absolutamente de acuerdo en que los autores deben recibir retribución económica por sus creaciones si son explotadas comercialmente. Pero, ¿qué pasa cuando las obras son utilizadas con fines educaciones, de investigación o conservación patrimonial? ¿Es justo cobrar por ello?. Creo que en este caso deberían crearse las excepciones necesarias para asegurar el acceso al conocimiento de todas las personas. Porque si vamos a cobrar, entonces seamos justos y cobremos para todos y no sólo para algunos.
Cobremos entonces, por la publicidad que realizan las bibliotecas al prestar libros (comprados y pagados sus derechos…generalmente a las editoriales… pero ese es otro tema) a estudiantes que no conocían al autor. ¿Quién puede asegurar que ese estudiante al egresar y ser un trabajador, no comprará un libro del mismo autor que «conoció» gracias a la biblioteca de su universidad?. Cuando un amigo te presta un Cd y te prendes con el disco, vas y lo compras . ¿Eso no es publicidad también?. No he escuchado que  escritores, cantantes y músicos paguen por esta publicidad…
Es necesario crear excepciones y considerar sus usos justos, nada es negro o blanco absolutamente, existen grises y matices y ésta reforma no es la «excepción».

NO SOY DELINCUENTE
TRATO JUSTO PARA TODOS


Dejar partir

enero 3, 2009

La belleza de las cosas está en los actos más simples de la vida, he escuchado decir muchas veces. Nada es casualidad y que el destino quiso que fuese así. Son algunas otras.
Resulta entonces que ¿cada acto que realizamos forma parte de la belleza de las cosas?, puede ser, dependiendo del punto vista en que se aprecie.
Tal vez, en los actos que realizamos secretamente, en las cosas que no dijimos, en los pensamientos que se quedaron allí intactos, está la real belleza o importancia de la vida. Como cuando amamos intensamente y nunca nos atrevimos a decirlo, como cuando no dejamos de pensar en los momentos que no fueron, como cuando escuchamos esa canción que nunca dedicamos o como cuando decidimos tomar caminos por separado de quien queremos estar unidos por mucho tiempo.
Fué la casualidad entonces o la causalidad la que hizo que se conocieran en un bar aquella tarde? eso aún es materia de discusión en su mente y en su corazón, pero lo concreto fué el simple hecho de mirarse lo que provocó que él sintiera un calor en el estómago, de aquellos que solo se siente cuando eres adolescente y logras conversar con la niña que te gusta de tu colegio, de aquellos que simplemente te descolocan, de aquellos que hacen sentirte observado por todo el mundo, cuando para todo el mundo tu no existes o mejor aún…todo el mundo no existe para ti en aquel instante.
Después de aquella tarde y luego de abandonar el bar para ir a unas clases de salsa al departamento de un cubano presente en el grupo de amigos de ella, no pasaría tanto tiempo antes de volerse a encontrar. Pero las cosas no son fáciles y aunque existe gente que dice que la vida se la complica uno,  la vida es más compleja de lo que parece.
El baile nunca fué su fuerte, primera complicación. Había demasiada gente conocida en el lugar, segunda complicación. En que minuto la invitaría a bailar para estar más cerca de ella?, tercera complicación. Pero, llegó un alivio. Ella lo invitó a bailar. Primer gran alivio.
Consciente de que la salsa nunca ha sido su fuerte, intentó ocultar su inexperiencia con algunos pasos de merengue. De no haber sido por la cantidad de veces que le pisó los zapatos, tal vez su performance hubiera aprobado. Sin honores claramente, pero aprobado al fin. Luego de finalizado esta primera incursión en el baile, un gran trago de Mojito para liberar  tensiones y comenzar con las preguntas de rigor. Sin embargo, para que este relato sea honesto habría que confirmar que  él nunca logró escuchar bien las respuestas a las preguntas que realizaba, pero lo que realmente le importaba era mirar sus ojos y tratar de encontrar algo que le diera una señal.
Pasaron días, pasaron encuentros, pasaron horas y pasaron también muchas canciones. Hasta que llegó el día en que pudo abrazarla y besarla por primera vez. Entonces fué que un beso, un acto simple para algunos, se convirtió en un acto de gran importancia para él.  He aquí la importancia; después de eso no sería fácil olvidarse de ella y estaría ligado a su vida para siempre. Aunque digan que nada es para siempre.
El tiempo avanza inexorablemente y aunque intentó olvidarse de ella e intentó olvidarse de muchas cosas, el recuerdo fué más fuerte y como dice la canción «cuando tuvo coraje llamó». No volvieron buenos días, no volvieron buenas noches y menos volvieron buenos despertares. No volvió a dormirse ni despertarse con ella, ni  mirarla descansar en su pecho,  abrir los ojos por la mañana y encontrar en ella la paz que no encontraba hacía mucho. Entonces, estoy de acuerdo con que las pequeñas cosas son las más bellas. Entonces, ¿dónde está la grandeza de estos actos?  él está muy seguro de la respuesta. La grandeza está en recordar que somos humanos y que cuando erramos y caemos, debemos perdonarnos a nosotros mismos y levantarnos.  Recordar lo bueno para darte alegría en la vida y recordar lo malo para no errar nuevamente y recordar que cuando se ama realmente, la grandeza está en dejar partir, pues  «uno sólo conserva lo que no amarra».


Carmen Marcoleta

diciembre 30, 2008

Sin dudas, Carmen con Marcoleta es una esquina donde convergen una serie de situaciones muy particulares.

Durante el día es un lugar muy ruidoso, tanto así, que raramente se puede escuchar las voces de personas caminando a corta distancia y es necesario elevar la voz un poco más de lo habitual para mantener la conversación. Por la noche, sin embargo, el silencio de ésta esquina solo se ve interrumpido por uno que otro chofer cruzando velozmente y con la radio de su auto a gran volumen escuchando la última canción de moda.

A las tres sandwicherias dispuestas en las esquinas se puede agregar una librería o mejor dicho papelería pues lo que menos tiene son libros, un local de juegos de azar, un local de tatuajes, un centro de llamados e internet y por supuesto la botillería “Carmen”, que rara vez permanece cerrada, dando abastecimiento a varios estudiantes de las universidades cercanas que deambulan por el sector, además de proveer de liquido vital a los Punkies que se mezclan, al parecer sin mayores problemas, con los artesanos de la feria.

El cerro Santa Lucía es otro punto fundamental del sector, gracias a él y a su feria artesanal, muchos de los transeúntes logran ubicarse geográficamente y deducir a que altura de Alameda están parados.

Al detenerse y observar con detalle los locales de esta esquina puede surgir una contradicción de vida fundamental para un deportista, ¿cómo un gimnasio puede estar a un local de una botillería y a metros de 3 entes abastecedores de comida chatarra? Quizás el carrito de frutas de don Pancho es el que viene a colocar el equilibrio necesario en esta materia o tal vez «Gardelito», la verdulería que está un par de metros más alejada, es la que se lleva  esta responsabilidad tan grande. Contradicción tan fundamental, pero a la vez fácil de omitir por dichos deportistas, que sin mayores cuestionamientos, luego de esas largas sesiones de quema de grasas, cruzan la calle para reponer la energía gastada con una «promo» de churrasco italiano muy cargado a la mayonesa.

El edificio en construcción es la joya del sector. Es fácil ver a sus albañiles descansando en plena vereda a la hora de almuerzo, hacer bromas de alto impacto a sus compañeros que dormitan producto del cansancio y el calor. Es fácil también, verlos capear este calor con una bebida helada  para 4, jugar como niños a los empujones, pero por sobre todo es muy común escucharlos levantar el ego a todas las mujeres que circulan por la calle, sin importarles su edad, altura, color de cabello, contextura física, ni condición social. Es aquí donde se manifiestan sus poderes deductivos o mejor dicho sus poderes síquicos. Si ellas van acompañadas deducen de inmediato que el acompañante es su hermano, por lo tanto predicen que es su futuro cuñado. Si ellas llevan niños de la mano, ofrecen su paternidad para los pequeños, asumiendo que son hijos de padres desconocidos. Si van solitarias, los ofrecimientos de matrimonio caen desde todos los pisos del edificio. Sin duda, ellas deben sentirse muy admiradas aunque en ocasiones sus rostros demuestren un poco incomodidad y desagrado.

Podríamos decir que todas las esquinas son particulares y podríamos encontrar personajes interesantes pululando en todas ellas, pero que “El Anticristo” decidiera trasladarse con camas y petacas o más exactamente con carro y vestidos desde Lastarria a esta esquina…es una señal.